Psicoeducación: Una investigación sobre la brecha entre teoría y práctica en salud mental comunitaria
Por María Fernanda Hernández | Residencia Interdisciplinaria de Salud Mental Comunitaria (RISAMC)
La psicoeducación es una de las herramientas más utilizadas en los dispositivos de salud mental comunitaria… pero ¿realmente sabemos qué es?
En este estudio de investigación mixta, realizado en el Hospital de Rehabilitación en Salud Mental Dr. Ramón Carrillo (Posadas, Misiones), se exploró una pregunta aparentemente simple, pero profundamente compleja:
“¿Qué hacemos cuando decimos que hacemos psicoeducación?”
A través de entrevistas con 23 profesionales residentes y encuestas a familiares de personas con padecimientos mentales, se reveló una profunda desconexión entre lo que la literatura internacional define como psicoeducación —una intervención terapéutica, interdisciplinaria y transformadora— y lo que ocurre en la práctica cotidiana.
Lo que encontramos:
- La psicoeducación se reduce a “dar pautas”: La mayoría de los profesionales la perciben como una acción informativa puntual: recordar medicación, turnos o señales de alarma. Poco o nada se habla de comunicación efectiva, manejo de la “emoción expresada”, resolución de conflictos o empoderamiento familiar.
- Falta de marco teórico: A pesar de que el 70% de los residentes ha recibido alguna formación, el 75% reconoce que sus conocimientos son insuficientes. No se mencionan autores clave (como Anderson, Brown, McFarlane), ni componentes fundamentales validados por la OMS y Cochrane: entrenamiento familiar, intervenciones prolongadas (2-3 años), o articulación interdisciplinaria.
- Las familias piden más: El 90% de los familiares encuestados expresó necesidad de talleres estructurados, contención emocional, habilidades prácticas y espacios exclusivos para ellos. No quieren charlas esporádicas; quieren formación sostenida, reconocimiento como aliados terapéuticos y acompañamiento real.
- El sistema no está preparado: Las intervenciones son reactivas, sin seguimiento, evaluación ni coordinación entre disciplinas. La promesa de un abordaje integral se queda en discurso, no en práctica.
La propuesta: Más allá de la información
Este estudio no solo identifica el problema, sino que propone una solución basada en evidencia científica:
- Un programa psicoeducativo grupal, semanal y de 6 meses de duración
- Dirigido a familias y facilitado por un equipo interdisciplinario
- Con contenidos estructurados: desde derechos humanos hasta manejo de crisis
- Con espacio para escuchar, aprender, compartir y sanar juntos
Esta propuesta no es un “taller más”. Es un cambio de paradigma: pasar de informar a transformar; de atender a acompañar; de ver a la familia como “recursa” a reconocerla como agente terapéutico central.
¿Por qué importa esto?
Porque la salud mental no se cura solo con pastillas. Se construye en la casa, en la comunidad, en las relaciones. Y si queremos reducir recaídas, hospitalizaciones y sufrimiento, debemos invertir en quienes viven día a día ese padecimiento: las familias.
Esta investigación demuestra que hay conciencia, hay demanda, hay disposición. Lo que falta es un marco teórico sólido, una metodología organizada y un compromiso institucional.
¿Querés conocer en detalle los hallazgos, las entrevistas, la bibliografía y la propuesta completa?
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[Ver archivo completo: “¿Qué hacemos cuando hacemos Psicoeducación?”]
Investigación realizada en el marco de la Residencia Interdisciplinaria de Salud Mental Comunitaria (RISAMC) – Posadas, Misiones, Argentina. 2025.
Basada en la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 y los lineamientos de la OMS/OPS.
“La psicoeducación no es dar información. Es construir una relación terapeútica con la familia.”
— Fragmento clave de las entrevistas
¿Tu institución también hace psicoeducación… pero sin saber bien qué es?
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